viernes, 14 de diciembre de 2012

San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 1578


San Juan de la Cruz, Anónimo del siglo XVII
*Más abajo se puede encontrar el texto y la música a la que se hace mención.

Juan de Yepes Álvarez (1542 – 1591), más conocido como San Juan de la Cruz, fue un poeta místico español perteneciente a la orden de los carmelitas descalzos. Su obra literaria, aunque dedicada en mayor medida a lo sagrado, guarda claros tintes amorosos-profanos, así como influencia de la estética petrarquista. Uno de sus legados más relevantes es el Cántico espiritual. En él, de forma pastoril, se narra como una amada busca ansiosamente a su amado, Dios, para poder unirse a él.

Son algunos los músicos que han plasmado en acordes y melodías la letra de este precioso poema, incluso algunos como Federico Mompou se inspiraron en esta obra para crear una música más abstracta y pura (no cantada). El título de la pieza de este compositor catalán, Música callada (1959 – 1967), se encuentra dentro de este poema y ya fue comentado por el propio San Juan en otros textos, afirmando que donde más información hay en un mensaje es en lo que no se ha dicho.

Si, como dijimos con anterioridad, partimos de la idea de que este poema pertenece a una corriente mística, sería el pianista el que con sus armonías minimalistas e impresionistas revelaría algo distante a lo terrenal. En este caso, el piano, mediante melodías poco definidas y contrastes en una textura que predominantemente se mueve en el agudo, “eleva el alma” y la despega de lo físico y mundano para introducirla en un paisaje menos sensible y más perteneciente a imágenes creadas por la razón (influencia de Santo Tomás).

Mompou refleja mejor esa unión del alma de la amada (fiel) con la del amado (dios), mientras que el cantautor leones Amancio Prada en la adaptación que hace del Cántico espiritual (1977), con el empleo de instrumentos de cuerda frotada, como son el violín y el violonchelo, o pulsada, como es la guitarra, es quien plasma con mayor veracidad esos tintes profanos y sensibles que caracterizan también la obra del poeta carmelita. Son los graves de la cuerda los que se apegan al terreno, los agudos los que nos adentran en un mundo más pastoril y campesino, el staccato del violoncello o los arpegios y ritmos de la guitarra los que nos marcan con mayor claridad esa sensación de búsqueda y -por último- una voz llena de desesperación la que muestra cómo la amada desea unirse al amado.

Podríamos decir que la poesía de San Juan de la Cruz, y más en particular el Cántico espiritual, es una obra que difícilmente podría ser representada por una única música; sin embargo con la unión de estas dos composiciones, anteriormente mencionadas, comprenderíamos de forma más clara todas aquellas sensaciones que el poeta quiso mostrar. Además nos daríamos cuenta de cómo un sólo poema es capaz de incluir tan amplio contenido, llevándonos desde lo místico a lo sensible, de lo sagrado a lo profano, e incluso desde lo racional a lo carnal.

Alejandro Gómez Villanueva



- Federico Mompou (1893 - 1987), Música callada, 1959.




- Amancio Prada (1949 - ), Cántico espiritual, 1977.









1 comentario:

  1. Me siento identificado. Amancio Prada alimentó mi alma de adolescente hace ya mil y un año. San Juan de la Cruz, paradógicamente, alimentó mi cuerpo en ese tiempo. Es lo que tiene los místicos que hablan del amor de Dios con el más terrenal de los lenguajes de la carne. De fondo El cantar de los cantares, el más bello poema de amor jamás cantado, amor terreno, aunque algunos se empeñen. Y es que la Biblia tiene unos entresijos que para qué.
    Gracias Alejandro por recordármelo.

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